El bakuchiol ha llamado mucho mi atención en los últimos tiempos, y no es para menos. Este activo, extraído de las semillas de la planta Psoralea corylifolia, se ha ganado un lugar especial en la cosmética natural por tener propiedades muy similares al retinol, pero con una gran ventaja: es mucho más suave con la piel.
Una alternativa con ciertas ventajas
Personalmente, me gusta pensar en el bakuchiol como un equivalente natural al retinol. El retinol, un derivado de la vitamina A, es muy valorado por los dermatólogos por su eficacia contra los signos del envejecimiento. Sin embargo, muchas veces viene acompañado de efectos secundarios como irritación, descamación, enrojecimiento, e incluso está contraindicado durante el embarazo y la lactancia. En mi caso, buscaba una opción que ofreciera beneficios similares, pero que fuera más gentil con la piel… y ahí fue donde descubrí el bakuchiol.
¿Qué me atrajo del bakuchiol?
Lo que me conquistó es que ofrece resultados muy parecidos al retinol, pero sin irritar ni sensibilizar la piel, incluso cuando está expuesta al sol. Es un compuesto natural, un tipo de monoterpeno presente en el aceite esencial de la planta babchi, que además tiene una larga historia de uso en la medicina tradicional asiática.
¿Para qué sirve el bakuchiol?
Aunque en la naturaleza estos monoterpenos suelen formar parte de los aceites esenciales que dan aroma a las flores, el bakuchiol se utiliza en cosmética por mucho más que su fragancia. De hecho, lo valoro por sus múltiples propiedades dermatológicas:
Antioxidante: Me ayuda a mantener la firmeza de la piel, y he notado una mejora en la apariencia de líneas finas y arrugas.
Auxiliar contra el acné: Gracias a sus propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y seborreguladoras, se ha convertido en un gran aliado cuando mi piel necesita equilibrio.
Despigmentante: Me ha ayudado a unificar el tono de la piel y a mejorar las manchas que suelen aparecer con el tiempo o la exposición solar.
Emoliente: Su capacidad para suavizar e hidratar la piel lo hace ideal incluso para pieles sensibles como la mía.
En resumen, el bakuchiol ha sido para mí una excelente alternativa natural y vegana al retinol. Lo recomiendo especialmente si buscas una rutina de cuidado facial efectiva pero suave, con ingredientes que respeten tu piel y el medio ambiente.
