Fórmula: Oleato de moringa

Fórmula: Oleato de moringa

Cómo preparo mi oleato de moringa y por qué me encanta usarlo

Desde que comencé en el mundo de la cosmética artesanal, una de las cosas que más disfruto es conectar con las plantas y descubrir sus propiedades. Me encanta experimentar con oleatos, porque son una forma sencilla, efectiva y muy poderosa de extraer lo mejor de las hierbas y flores para cuidar nuestra piel.

Hoy quiero compartir contigo uno de mis favoritos: el oleato de moringa. 

¿Por qué moringa?

La moringa es una planta que me tiene fascinada. Está cargada de antioxidantes, vitaminas A, C y E, y tiene una capacidad increíble para nutrir y revitalizar la piel. A mí me ha ayudado mucho a mejorar la textura del rostro, especialmente cuando lo uso como serúm antes de dormir.

Tiene un aroma verde muy suave, y lo mejor es que puedo combinarlo con otros ingredientes según lo que mi piel necesite en cada momento.

 Así preparo mi oleato de moringa

Esta fórmula es muy fácil y perfecta si estás empezando en la cosmética natural. Solo necesitas dos ingredientes:

Ingredientes:

  • 25 g de moringa deshidratada (yo la uso en hoja triturada, pero también sirve en polvo grueso)

  • 75 g de aceite vegetal (me gusta mucho usar aceite de almendras dulces o girasol prensado en frío)

Elaboración:

  1. En un frasco de vidrio limpio, agrego la moringa deshidratada.

  2. Luego vierto el aceite hasta cubrir bien la planta. Si es necesario, ajusto las cantidades para que quede bien sumergida.

  3. Cierro el frasco y lo guardo en un lugar fresco, donde no reciba luz directa del sol.

  4. Lo dejo reposar durante 21 días, agitando el frasco suavemente cada dos días para ayudar a que la planta libere sus principios activos.

  5. Pasado ese tiempo, filtro con una gasa limpia y ¡listo! Tengo mi oleato casero, lleno de vida y propiedades.

¿Cómo lo uso?

Lo aplico directamente en la piel como serúm facial nocturno, sobre todo en épocas donde siento la piel cansada o apagada. También lo incorporo en:

  • Cremas caseras.

  • Bálsamos labiales.

  • Mascarillas nutritivas.

  • Y a veces lo uso en el cabello, en las puntas, para darles brillo y suavidad.


Más allá de sus beneficios, hacer este tipo de preparaciones se ha vuelto para mí un pequeño ritual de conexión con la naturaleza. Me recuerda que la belleza no necesita ser compleja ni costosa, sino consciente, amorosa y en armonía con lo que nos rodea.

Si decides preparar tu oleato, me encantaría saber cómo te fue o en qué fórmulas lo usaste. Puedes escribirme o compartirlo con la comunidad usando el hashtag #CosméticaPaulownia 

Con cariño, desde mi laboratorio alquimico: Karola Navarro Xochiquetzal

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